Estudiar en el colegio De La Salle es toda una experiencia. Allí no solo se adquiere conocimiento científico, sino que nace en muchos jóvenes el interés por generar un cambio en comunidades de escasos recursos del país.
Así lo relatan los estudiantes de cuarto de bachillerato Brian Aquino y Pamela Mendoza, y la profesora Yudelka Acosta, encargada del departamento de Pastoral, en conversación con el Equipo Led.
De una manera optimista, alegre y centrada nos comentan su experiencia en las distintas actividades en las que les permite desarrollarse el Colegio Dominicano de La Salle, fundado hace más de 80 años.
“Lo más importante de este colegio es que no solo ven en nosotros potencial deportivo, de rendimiento académico, artístico o cultural, sino que ven en cada estudiante un valor humano que como jóvenes nos impulsa a dar más”, explican Aquino y Mendoza.
Pastoral Juvenil. La formación de los miembros de la Fraternidad Misionera Lasallista comienza con la participación en grupos juveniles dirigidos a estudiantes desde el quinto de básica hasta primero de bachillerato.
Luego en segundo de bachillerato, estos jóvenes pasan a ser formados, para último en los dos últimos grados de la educación media ser ellos quienes imparten dentro del colegio la pastoral juvenil, que no solo refuerza el ámbito religioso, sino el deseo de crecimiento humano.
Este es uno de los principales objetivos del colegio: que se viva una fe consciente y adecuada a la sociedad, explica la maestra.
Una vez estos están listos para darlo todo en su colegio, en tercero del nivel medio, emprenden un nuevo camino dentro de la Fraternidad Misionera Lasallista, compuesta por alumnos y exalumnos de los colegios de La Salle de Santo Domingo, Higüey y Santiago.
Actividades de la Fraternidad. Allí se preparan jornadas de campamentos de verano para niños, jóvenes y adultos de diez comunidades de escasos recursos del país en las zonas más profundas del Sur y el Este.
Este proyecto tiene veintiocho años y al año realiza campamentos, en los que los llamados “misioneros lasallistas” llevan la alegría a comunidades de Baní, Barahona e Higüey, durante una semana.
Dinámica. Con estas actividades los misioneros realizan un trabajo de seguimiento con los niños en horas de la mañana, donde le llevan animación, dibujos, golosinas y todas las demás emociones que por cuestiones económicas estos pequeños no pueden tener.
Con los jóvenes de la comunidad, los lasallistas tratan temas de desarrollo humano e integral para que puedan ser lumbreras de impulso en sus comunidades. Por último, con los adultos se trata de llevar a cabo temas de concienciación sobre los males que afectan la sociedad.
“Este proyecto, entonces, podría ser descrito como jóvenes que impactan comunidades completas, donde se promueve el desarrollo del futuro del país. Estos ofrecen una oportunidad de reír, vivir y crecer de la cual se ven privadas estas comunidades”, precisa Acosta.
Mientras Aquino y Mendoza, cuentan, sonrientes, cómo alrededor de 1,000 niños, 400 jóvenes y 250 adultos son beneficiados cada año con estos campamentos.
Ayuda. Charlotte Pilier, coordinadora general del proyecto y antigua alumna del Colegio Dominicano de La Salle, entrevistada sobre su experiencia comentó que una de las mayores barreras de la asociación es la económica, al tener que montar el campamento, que requiere material gastable y alimentos, pues es gratuito para las comunidades en las que se imparte.
Aires de esperanza. Pilier habla de la satisfacción de ver la sonrisa en el rostro de los niños y adultos impactados con el proyecto.
“Dan muchísimo más de lo económico, dan un aliento de esperanza para la sociedad”, afirma.
Precisamente de esto se trata el Colegio de La Salle, servir a los demás bajo el lema de Fe, la Fraternidad y el Servicio.
“Romper con los paradigmas sociales e impactar directamente a la sociedad llevando a cada joven una oportunidad de soñar y querer lograr más”, sostienen los entrevistados.
Impacto. Expresaron que es increíble cómo un colegio puede impactar así en la vida de la juventud dominicana. “Es que yo no pasé por La Salle, sino que La Salle pasó por mí y esto me marcó para siempre”, manifiesta Pilier.
Cada año La Fraternidad Misionera Lasallista realiza obras de recaudación de fondos para la realización de los campamentos.
Para más información seguir las redes sociales: @infofraternidad, en Instagram y Twitter; Fraternidad Misionera Lasallista en Facebook yComunicacionfml@gmail.com (si desean colaborar).
Fuente: Periódico HOY
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